
Las personas con discapacidad se encuentran solas ante la violencia ejercida en diferentes entornos como puede ser el laboral, por los siguientes motivos:
1- No ser una carga para la familia y amigos.
2- Miedo a perder la independencia económica, tan necesaria para costear las prótesis necesarias para convivir en sociedad, y poder desarrollarse profesionalmente. Así como participar en el entorno social creando proyectos vitales.
3- No romper lazos afectivos o relaciones con el entorno. Las personas no quieren problemas y muchas veces para los compañeros de trabajo, es más fácil mirar para otro lado.
4- Falta de apoyos por parte de los compañeros debido a la situación de crisis económica que estamos viviendo. La mayoría de las familias españolas, tienen algún familiar que no encuentran trabajo, y el hecho de que una persona con discapacidad esté empleada, lo asumen como que “estamos quitando los puestos de trabajo a sus hijos”. Al que tener en cuenta, que en la contratación de personas con discapacidad influyen varios factores:
- Las empresas reciben subvenciones a fondo perdido por contratar a personas discapacitadas.
- También perciben ventajas fiscales.
- Para la misma cualificación y formación, la retribución a personas discapacitadas, en el empleo ordinario, es inferior.
En tiempo con altas tasas de paro, nos hemos convertido en la mano de obra cualificada y barata que ocupa puestos de trabajo en las grandes Corporaciones, originando un sentimiento de “discapafobia” (“odio a los discapacitados que roban el puesto de trabajo a las personas sin discapacidad”)
5- Desconocimiento de los pasos a seguir para denunciar los hechos ocurridos.
6- La existencia de barreras arquitectónicas. Por ejemplo, en el caso de las personas sordas, la inexistencia de un bucle magnético que aísle los ruidos de fondo y permita a la persona que utiliza audífonos tener una conversación con total normalidad.
Para mejorar esta situación, y evitar la violencia a las personas con discapacidad, sería necesario realizar medidas legislativas, que obliguen a adaptar los recursos existentes como son las barreras arquitectónicas, que permitan una mayor accesibilidad y movilidad de las personas con discapacidad que se encuentran aislados y castigados en su entorno.
Almudena Bermejo